El problema: cuando cumplir ya no alcanza
Durante años, para muchas empresas bastaba con marcar la casilla: publicar un reporte ESG, adherir a un estándar internacional, mostrar algunas métricas sociales o ambientales. Pero el contexto ha cambiado.
Hoy, cumplir con ESG ya no genera diferenciación. Es solo el punto de partida. Los líderes del mercado no son quienes siguen reglas, sino quienes transforman el cumplimiento en ventaja competitiva, narrativa estratégica y valor tangible.
La pregunta que deberíamos hacernos no es “¿tenemos ESG?”, sino:
¿Estamos liderando con una estrategia integrada de ESG o simplemente cumpliendo con lo básico para figurar en un reporte?
Cifras que reflejan la desconexión
Según el estudio “CEO Outlook ESG 2023”, el 67% de los ejecutivos en América Latina reconocen que sus esfuerzos ESG están desconectados del core del negocio.
Sin embargo, las empresas que integran ESG en su estrategia reportaron un 21% más de retorno sobre activos y un 19% más de confianza por parte de inversores institucionales.
Esta desconexión puede traducirse en oportunidades perdidas para diferenciarse en el mercado, atraer inversiones sostenibles y construir una reputación sólida.
Prometer ya no alcanza: el contexto latinoamericano
Según el informe ESG Tracker Latam 2024, el 84% de las empresas medianas y grandes en la región ha comunicado públicamente alguna iniciativa vinculada a responsabilidad, propósito o transformación institucional. Sin embargo, solo el 21% de esas acciones tienen trazabilidad clara, certificación o sistemas de reporte externo validados.
¿La consecuencia? Una creciente desconfianza del público y de los stakeholders hacia iniciativas que, aunque bien intencionadas, parecen “acciones aisladas” o campañas sin sustento real.
En mercados como Argentina, Colombia, México y Brasil, se han identificado tres riesgos clave para las marcas:
Ser percibidas como greenwashing (incluso sin querer).
Perder licitaciones o negocios por no demostrar con evidencia sus avances.
Desaprovechar inversiones genuinas que podrían convertirse en reputación, acceso a financiamiento, y posicionamiento estratégico.

Casos que enseñan la diferencia
Caso 1: Grupo Bimbo – Integración estratégica de ESG
Grupo Bimbo ha demostrado cómo integrar los principios ESG en su estrategia empresarial puede generar beneficios tangibles. La compañía ha implementado diversas iniciativas, como el uso de energía renovable, la reducción de emisiones de carbono y programas de responsabilidad social, que no solo cumplen con estándares internacionales, sino que también fortalecen su reputación y competitividad en el mercado.
Grupo Bimbo lidera el ranking ESG de México
Ejemplo Bimbo y BBVA
Posee una de las mejores reputaciones en la arena internacional de negocios, lo mismo por su calidad como empleador que por su impacto entre distintos grupos de interés
Caso 2: Enel Américas – Liderazgo en sostenibilidad
Enel Américas ha sido reconocida por su enfoque estratégico en sostenibilidad, integrando criterios ESG en todas sus operaciones. La empresa ha logrado posicionarse como líder en el sector energético en América Latina, destacándose por su compromiso con la transición energética y la responsabilidad social.
Enel Américas es un conglomerado de empresas de energía eléctrica que opera en países de América del Sur y América Central: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Panamá y Guatemala. A través de sus filiales genera, transmite y distribuye energía eléctrica.
Enel Américas cuenta, con un total de 16.116 MW de capacidad instalada neta, entregando energía a más de 23,3 millones de clientes, al cierre del año 2022.[1]
Su accionista mayoritario es la empresa italiana Enel S.p.A., una empresa energética global y uno de los mayores operadores integrados de energía en el mundo.
En enero de 2023, Enel Américas fue confirmada nuevamente en The Sustainability Yearbook, un estudio anual que compara el desempeño de sostenibilidad de empresas cotizadas, en base a una evaluación exigente y competitiva.[2] La empresa forma parte de esta selección desde 2019 y este año fue distinguida por primera vez dentro de la categoría Top 5% S&P Global ESG Score, ubicándose dentro de las compañías más sostenibles de la industria eléctrica a nivel mundial.[3]
¿Qué hacen distinto las empresas que lideran?
Conectan ESG con su core business.
No lo ven como un apéndice, sino como una palanca para innovar, diferenciar y escalar.Construyen una narrativa estratégica validada.
Cada dato, cada logro, cada acción tiene trazabilidad y sentido dentro de su relato de marca.Miden y certifican lo que comunican.
Evitan el greenwashing porque saben que hoy la confianza se gana con evidencia.Involucran a su equipo, aliados y comunidad.
No es solo un reporte anual, es una cultura que atraviesa toda la organización.
Hacia el liderazgo estratégico: el próximo paso
Pasar de cumplir a liderar implica dejar de actuar por obligación y empezar a actuar por convicción y estrategia. Significa:
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Crear un plan de ruta con sentido comercial y reputacional.
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Visualizar el ESG como un activo corporativo, no como un riesgo.
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Medir con rigor, validar con terceros y comunicar con inteligencia.
No se trata de hacer más cosas. Se trata de hacerlas bien, con foco, con trazabilidad y con impacto real, tanto dentro como fuera de la organización.
Si tu empresa ya tiene políticas, acciones o métricas ESG, estás en camino.
El desafío es convertir eso en estrategia, en narrativa y en reputación.
Ahí es donde entran plataformas, consultoras y aliados estratégicos que entienden que el impacto no es solo ambiental o social, sino también reputacional, financiero y competitivo.
Porque liderar desde lo estratégico no es solo hablar de ESG. Es demostrar que sabés convertir cada compromiso en ventaja.